Siempre he querido aprender a bailar bien las sevillanas. En Córdoba, casi todo el mundo baila, sobre todo las mujeres. Nunca fui a una academia para aprenderlas. Un día, harta de ver cómo mis amigas bailaban sevillanas en la feria y se divertían, decidí que tenía que aprender urgentemente como fuera. Hablo de los años del instituto. Le pedí a una amiga que me enseñara. Vino a mi casa y la cocina hizo de pista de baile. Me estuvo enseñando los pasos y los fui apuntando en un cuaderno. Primera sevillana: cinco paseillos, cruce, etc. Después las fui practicando sin música con papel en mano. Más adelante les metí los brazos y ese fue todo mi aprendizaje, además de fijarme mucho en cómo lo hacían los demás. Después de muchos años, fui olvidando algunos pasos que inventaba sobre la marcha y así me he ido apañando hasta ahora.
Recientemente he tenido la oportunidad de ir a una academia para aprenderlas como Dios manda, si es que Dios lo manda de alguna manera. Es una academia pequeña y modesta, pero las compañeras y la profesora son estupendas. Como hemos formado una pandilla muy bien avenida, una vez al mes vamos a una sala rociera a bailar sevillanas, Alcala 202.
Así que ya sabeis, si os gusta bailar sevillanas y vivis en Madrid, ya conocéis un sitio donde dar rienda suelta a vuestro arte y salero.
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