Las superposiciones, cuando hablamos de ropa, básicamente sirven para crear un efecto visual de contraste. A veces tienen sentido, como puede ser llevar una camiseta ajustada y otra bien holgada encima. Pero otras veces, los diseñadores se empeñan en sugerir superposiciones absurdas, como pretender que nos pongamos un jersey de lana bien gordo, de esos con cuello enorme y mangas largas, con un abrigo estrecho y ajustado por encima.
A lo mejor, para el momento de la foto el efecto visual sería atractivo, no digo yo que no, pero práctico, lo que se dice práctico, no es. Yo alguna vez he intentado ponerme un abrigo normal encima de un jersey extragrande y ha sido imposible, porque para un jersey extragrande, se necesita un abrigo extragrande. No nos engañemos, los jerseys enormes solo quedan bien en las películas. Ella en el sofá, con una taza de café recién hecho, con las piernas entrelazadas, mirada perdida, el jersey enorme que le cubre hasta las rodillas, las margas largas escondiendo sus manos y unos calcetines suaves y calentitos enrollados en el tobillo.
La estampa es ideal, pero si lo que quieres es salir a comprar el pan cuando en la calle hace un frío de muerte, este jersey maravilloso ya no te vale, porque es gordo pero no lo sufiente como para librarte del frío. Total, que solo deberían vender ese tipo de jerseys a las protagonistas de películas románticas y punto pelota y dejar de engañar al personal.
Yo no escarmiento, tengo un par de jerseys XXL, aquí puedes ver uno de ellos. Cuando salgo de casa con ellos, paso más frío que un tonto, eso si, cuando entro en cualquier parte, metro, tienda, etc, no puedo ni respirar del calor que pega. Conclusión, no sirven para nada y son herramientas de tortura.
¿Tu también eres de los que te torturas aposta?, ¿te pones una camisa ajustada con un jersey fino ajustado y luego no te puedes ni mover?, venga, suéltalo.
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