Juego de tazas de café originales

¿A quién no le gusta tener un juego de café o un juego de cubiertos o coleccionar los vasos de Nocilla?

No se qué nos pasa con lo de tener las cosas a juego. Vas a una tienda y en cuanto te disponen una serie de artículos haciendo juego, te entra enseguida por los ojos. No es lo mismo ver un vaso naranja, solo, sin amigos, que ver el vaso naranja con su amigo el plato, también naranja, el frutero, la jarra, la bandeja, el servilletero y el resto de la familia. Piensas, ¿qué voy a hacer con un vaso naranja?, pero si te llevas todo el escaparate parece que ese pobre vaso cobra sentido.

Reconozco que soy de las que tiene que reprimirse constantemente para no llevarse la tienda entera a casa. Antes de comprar masivamente hay que pararse a pensar fríamente ¿Realmente necesito todas esas cosas?, ¿acaso el naranja hace juego con el resto de accesorios que tengo en casa?, ¿no?, pues entonces suelta ya el vaso de las narices y sigue tu camino, que tu venías a por un paño de cocina y ahora resulta que quieres renovar todo el menaje del hogar.

No se si este tipo de cosas es exclusivo de mujeres o a los hombres también les ocurre, no he tenido nunca un debate en este sentido con ninguno. La única referencia que tengo es mi amantísimo y desde luego él no se fija en ese tipo de cosas, busca que sea práctico, mientras que yo busco que sea también mono.

La última vez que un escaparate me cautivó, me sucedió con estas tazas de café. Es cierto que llevaba tiempo buscando un juego de tazas algo más grandes de las que tengo ahora. Las de ahora son tan minis, que solo entra un cafe expreso y olvídate de echarle un poco de leche o incluso azúcar, porque enseguida se desborda. No es la primera vez que he servido a mis invitados unos cafés imposibles de beber, con el líquido al borde de romper su tensión superficial, y ya sabemos qué pasa cuando cualquier movimiento rompe ese límite, el café sale sin mesura, como en una cascada.

Pues bien, eso se acabó, con mi nuevo juego reluciente de tazas, tengo el problema resuelto.

Pero claro, no tenía sentido comprar dos tazas verdes o una amarilla, el cuerpo me pedía comprar todos los colores disponibles, y eso hice, compré dos de cada.

Todavía no he podido deleitar a mis invitados con este estupendo juego de café, así que mientras ese día llega, cada día elijo un color. Hoy el amarillo, mañana el verde, al otro el rojo, y ese simple gesto, me proporciona un pequeño momento de placer. Admiro mi taza y me siento satisfecha. Solo por eso, creo que en esta ocasión, comprar a juego a merecido la pena.

¿Y tú?, ¿eres un loco de las colecciones?, ¿o eres de los que tienes cada vaso de su padre y de su madre?, venga, suéltalo.

18 respuestas a “Juego de tazas de café originales”

  1. Ja,ja,ja Yo colecciono cucharillas de café mangadas de sitios diversos pero, como puedes suponer, no hay ninguna igual.

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    1. Uffff, no sabes lo nerviosa que me pone que cada cucharilla sea distinta, no se acoplan a la perfección cuando están en el cajón, unas ocupan mucho sitio y no dejan espacio a otras que tienen que colocarse de lado. No me gustaría ser una de esas cucharillas, lidiando constantemente por conseguir el mejor sitio, tu no sabes la que ahí se monta cuando no las miras 🙂

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      1. Y para rizar el rizo les grabo detrás el sitio donde la mangué, ja,ja,ja

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        1. Jajajajajaja, vaya ladrón estás hecho, dejando pruebas del delito. Te deben odiar tus cucharillas, marcadas de por vida.

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        2. La verdad es que, bien pensado, estoy dejando demasiadas pistas, ja,ja,ja

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  2. Mi problema no es comprar cosas a juego, sino encontrar un lugar donde colocarlas. ¡Ya me gustaría a mí!

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    1. Jajaja, claro, eso limita bastante, a mi también me influye el espacio. 🙂

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  3. Yo colecciono vasos de nocilla de los grandes…pero los compro más que por los vasos por su contenido.

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    1. Los vasos de nocilla son un clásico. Yo reconozco que tengo unos cuantos, pero empiezan a ser minoría en el armario y ya no están tan a juego, así que el día menos pensado los jubilo por marginados. 🙂

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  4. Yo no colecciono, mi mujer si que tiene una coleción de vasos de papel. Lo que si que tengo mucho son chochecitos pequeños de casi todas las marcas.

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  5. Avatar de etarrago y etfreixes
    etarrago y etfreixes

    Genial, yo me pido la blanca … cuando esté libre, claro.

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    1. Vas a tener suerte, la blanca todavía no la he estrenado, te la guardo. 🙂

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  6. Me gusta tener las cosas a juego pero, lamentablemente, con el tiempo se van rompiendo y te queda una colección desparejada.
    Por cierto, qué pasó con las clases de inglés?

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    1. Con el inglés pasó que no soy nada constante y perdí la motivación. Llevaba su trabajo, pensar el tema del que hablar, desarrollarlo, grabar el video y editarlo. Imagino que son excusas que me pongo, porque cuando tengo ilusión por algo, todo eso se convierte en humo.

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  7. Te entiendo, yo también me acabo de comprar un juego de tazas y me gusta que sean bonitas y conjunten aunque solo las vea yo.
    Pero no soy muy comprona. Miro pero casi nunca me llevo nada. La pesadilla de los comerciantes!

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    1. Las mujeres solemos mirar mucho. Para mi ir de compras no es sinónimo de comprar, simplemente quiere decir que voy a entrar y salir de las tiendas, a veces solo por el placer de mirar.

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  8. Creo que es algo genético. Yo soy como tu amantísimo, práctico. Mi mujer es más como tú, además tiene que ser bonico. Anda, que vas a beber en la taza, no pasearte con ella delante de todo el mundo. Pero bueno, es respetable tanto una cosa como la otra.

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    1. Lo bonito a la vista, en cierto modo te da satisfacción, al igual que un bonito paisaje. Si por el mismo precio puedes elegir entre bonito o feo, ¿por qué no quedarse con lo bonito? Cada vez que veo mis tazas nuevas me digo, qué monas, como cuando miro a Pincher, que también es muy mono.😀

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