Es cierto que ya escribí sobre el tema no hace mucho, de hecho es la misma entrada pero esta vez hecho monólogo y os cuento por qué.
El domingo pasado me presenté a una audición para formar parte de una compañía de musicales, formada por personas que preparan un musical cada año de forma totalmente voluntaria, vamos, sin cobrar un duro. Buceando por internet di con ellos y pensé que un musical era la manera perfecta de practicar canto, baile e interpretación, así que ni corta ni perezosa allí que me planté.
Pedían para la prueba de audición una coreografía, una canción y un monólogo y decidí convertir en monólogo la entrada que escribí tiempo atrás. De las tres actuaciones, la que mejor me salió fue el monólogo. No tiene nada que ver hablarle a una cámara con hablarle a un público, mucho más gratificante con público, sobre todo cuando ves que es un público agradecido y se ríe con tus comentarios y ocurrencias.
Me sentí como si fuera uno de los protagonistas del Club de la comedia. Y ahora viene la pregunta del millón, ¿me cogieron?, pues tengo que decir para mi decepción que no.
Ohhh
Solo ohhh, eso se merece un oh más grande.
Ooooohhhhhhhhhh
Vale, eso ya está mejor. Total, que para inmortalizar el momento, he decidido hacer el monólogo y guardarlo en mi blog, el lugar de mis tesoros, un recordatorio de lo que pudo haber sido y no fue.
Si te apetece verme en acción, ya sabes, dale al play y si no, pues no le des, que no estamos para mandar.
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