- Pero bueno, ¿que esta Sensi nos va a hablar ahora de sexo o qué?
- ¿Por qué lo dices?
- Hombre, mira el titular, que va a ser si no.
- Pues se me ocurren muchas cosas, mal pensada.
- ¿Como qué?
Vale, dejo ya de hablar conmigo misma y me doy la vuelta para contároslo a vosotros. El tamaño importa y mucho. Un día vino a casa un albañil y sacó de su caja de herramientas un metro, pero no un metro cualquiera no, uno de profesional, de los que tienen cinco metros o más. Me dejó impresionada. Miraba su metro, luego miraba el que tenía yo, un pobre metro delgaducho, sin fuerza, finito, de tan solo 3 míseros metros y daba pena penita, por no decir, vaya mierda de metro.
¿Que por qué importa el tamaño?, pues te lo digo ahora mismo. El señor albañil sacó su metro, que se mantenía erguido a pesar de extenderlo y extenderlo, y sin necesidad de ayuda, llegaba a todos los rincones. El mío sin embargo, en cuanto lo extendía un poco, se venía abajo como una raíz en busca de agua. Estaba claro, para ser feliz necesitaba un metro profesional. ¿Por qué será que todo lo que va acompañado de «profesional» es mucho mejor que lo de aficionado?, a cualquier artículo le pones la coletilla «profesional» y automáticamente se convierte en una maravilla.
- Señora, aquí le traigo el secador 2000
- No se, no se, para qué quiero yo tantos ceros
- Un secador profesional
- Ah bueno, entonces me lo llevo que debe ser bueno
Si es que caemos siempre en la misma trampa. Seguro que el secador hace el mismo ruido que uno profesional, pero seca menos que uno de aficionado, vamos, una ganga.
Otro ejemplo importantísimo donde el tamaño SI importa: el palo de escoba. Si, ríete, ríete, pero se han dado casos de lesiones irreversibles por usar un palo demasiado pequeño. Yo no soporto los palos de escoba cortos, los odio. ¿Acaso no se han dado cuenta los fabricantes de palos, que la media de altura en España ha cambiado?, ese palo estaba bien para mujeres como mi madre, pequeñaja pero matona que no llega a ningún estante de mi cocina, pero para personas de hoy en día, por Dios, que no vale tanto poner unos centímetros más, hay que ser ruin!!!.
Y aunque no venga a cuento, os diré que el otro día me compré un palo pértiga de cinco metros, toma pastillas de goma ¿Para qué?, mira que estás preguntón, eh?, pues para qué va a ser, para llegar a sitios muy altos, no va a ser para saltar a la pértiga, que tienes cada cosa.
¿Te he convencido ya con mis argumentos?, ¿no?, pues vale, tu sigue con el metro esmirriado que no levanta cabeza y con el palo corto destroza espaldas, que yo me quedo con los de «profesional».
Y hasta aquí mi consejo de hoy.
Deja un comentario