Si tu casa es como la mía y no me refiero a la decoración, seguro que tendrás varias tablet, móviles y portátiles con sus correspondientes cargadores. Y aquí es cuando viene el problema. Justo cuando tu tablet está a punto de morir, con una rayita roja de batería, agonizando, vas a por el cargador y…, sorpresa, alguien lo está usando y dices eso de: ¿ese cargador no es el mío?.
Difícil de saber teniendo en cuenta que todos son blancos y tienen la misma clavija. Casualmente nunca es el tuyo el que están usando y cuando digo alguien, me refiero por su puesto a algún hijo, esos que te lo usurpan todo, hasta el lado del sofá. Por Dios, que todo el mundo sabe que el lado del sofá es sagrado, eso es intocable, ¿te has enterado hijo?, levántate de mi sito, ¿no ves que tiene la forma de mi culo?.
Pues os traigo una solución estupenda para el tema de los cargadores, para lo del sofá solo se me ocurre gruñir como Pincher, a él parece que siempre le funciona.
- Vamos a decorar los cargadores con washi tape
- ¿Cómo dices bonita?
- Con washi tape, ¿no sabes lo que es?, desde luego…, no me extraña, yo no tenía ni idea hasta hace un segundo que lo he mirado en la internete.
- ¿Y entonces? ¿No decías que no te gustaba usar palabras en inglés para describir algo que ya tiene un nombre en español?
- Pero qué memoria tienes cuando quieres, no puede una ni contradecirse. Vale, retiro lo del washi ese, lo que quiero decir es que vamos a usar cinta adhesiva mona, de colores y con dibujos para distinguir los cargadores. (Puff, a lo mejor no era tan mala idea lo del washi tape, cualquiera lo dice ahora)
- Pues dilo
- Pues eso hago. Anda, calla y escucha
Vi en el blog de ponteguapaconyala cómo usaban estas cintas para decorar los cargadores. Hay cintas de todos los colores, con letras, con dibujos, me las compraría todas. Las usaría para todo, para envolver regalos, para marcar libros, para hacerme una pulsera de usar y tirar, para pegármela en la frente. Solo tienen un pequeño defecto, y es que no son baratas. Pero monas son un rato.
Me fui a una papelería y compré cuatro, para los niños y para mi. Se acabó lo de pelarse por el cargador.
- Dámelo que es mío
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque es blanco
- El mío también es blanco
- Pero el mío era el más blanco
- Pero qué dices, el mío era el que tenía una pequeña muesca, mira ¿la ves?
- No se ve nada, suéltalo
- Suéltalo tu
- Tu primero
- Yo lo tenía antes
- Niña, suéltalo que soy tu madre… ¡Ya se lo ha vuelto a llevar!
Que conste que es una recreación, no me peleo por un cargador, directamente lo cojo y salgo corriendo.
Y este es el resultado, cada uno tiene sus cargadores marcados con una cinta, a ver quién es el listo que mi quita el mío ahora.
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