¿De qué puede ir la entrada de hoy?, de relojes, muy bien, veo que eres avispado.
Os presento mi nuevo reloj, un reloj que cumple con las 3 B, Bueno, Bonito y Barato. Lo he comprado en unos grandes almacenes de deportes. ¿En el Decathlon?, siiii, ahí mismo. Ya veo que hoy las pillas todas al vuelo. Soy fan de esta tienda. Lo que esta tienda vende no es ropa o accesorios para el deporte, lo que vende es ilusión.
Un día te levantas y piensas, lo que necesito para empezar a hacer deporte son accesorios deportivos. Y allí que te vas. Te impregnas de ese aire a naturaleza que desprenden sus pasillos, fotos de gente haciendo senderismo, fotos de gente montando en bici, fotos de gente esquiando. El caso es que en seguida te sientes el protagonista de esas fotos, piensas, ese podría ser yo. Así que te lías a comprar botas para el senderismo, abrigos para esquiar, esterillas para el yoga, zapatillas para correr, una tienda de campaña para hacer camping, unas mancuernas para hacer musculación en casa y todo porque has visto unas fotos de gente que se lo está pasando pipa haciendo deporte. Te han vendido la ilusión.
Pero no era de esto de lo que yo quería hablar, si no de relojes. Tengo mejores relojes que el de la foto, pero cuanto más bonitos son, más delicados son también. No me puedo duchar con ellos y por supuesto tampoco nadar. ¿Es que sueles ir a nadar?, no, pero si fuera o fuese no me lo podría poner. Tampoco puedo dormir con ellos porque son incómodos. Se me clavan en la piel de tal manera que cuando me levanto, al quitármelos para ducharme, veo que tengo un tatuaje de los eslabones, un tatuaje en relieve pero hacia adentro. Si en ese momento echara yeso en los huecos, podría sacar un molde del reloj.
El reloj es un accesorio que me llama mucho la atención y creo que es digno de estudio. En cuanto a complementos, las mujeres le dan mil vueltas a los hombres, tienen de todo, pañuelos, pulseras, anillos, colgantes, pendientes, bolsos y no sigo porque la lista es bastante larga.
Si pensamos en los hombres, el único accesorio diario y cotidiano que me viene a la cabeza es el reloj. Ya habrá algún listo que se esté acordando de los anillacos o cadenas de oro de los raperos. ¿Es que todos los listos leen este blog?. No hablo de tribus concretas, sino de la gran mayoría.
Aunque se supone que un reloj sirve para dar la hora, realmente eso es lo de menos. Si dar la hora fuera lo más importante en un reloj, Ronaldo no se forraría anunciándolos. El reloj, es el accesorio estrella de los hombres. Con un reloj marcamos el estatus social o eso creen algunos. A mi siempre me ha maravilado que haya relojes que cuesten un millón de euros. Pienso, pero de qué puñetas están hechos, por Dios, ¿es que hay un señor enano dentro que es el que mueve los engranajes y al ser todo manual se encarece?. Pues no, no es por eso. Puede que tenga un mecanismo suizo infalible, pero lo que hace que un reloj cueste un pastizal es el material del que está hecho, diamantes, oro, platino, materiales de esos que suelo tener en casa por todas partes.
Lo más gracioso es que puede que ese estupendo reloj mega caro no sea el reloj más cómodo del mundo, puede que sus eslabones te pillen los pelillos del brazo, o puede que su esfera sea tan grande que no te quepa la mano en el bolsillo, o que pese demasiado y se de siempre la vuelta, que para ver la hora tengas que mirarte la palma de la mano. Puede que te de mucho calor en verano o que te de escalofríos en invierno, puede que no sea sumergible. Entonces para qué sirven esos relojes?, yo que se, para lucirlo, supongo. Un artículo de lujo sirve para eso, para lucirlo o guardarlo en la caja fuerte.
Mucha risa con estos relojes, si, pero si ahora mismo me regalasen uno, no le haría ascos. Que se te va a clavar en la muñeca!. No te preocupes, ya si eso me lo quito cuando no me circule la sangre.
Así que concluyendo, estoy la mar de contenta con mi nuevo reloj, cómodo, sumergible, flexible, de un material noble donde los haya, plástico, plasticorum. Mi estatus social está ahora por las nubes!!.
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