Hoy quería hablar contigo, si contigo. Acabas de hacerte seguidor de este blog y quería contarte un par de cosas. Suena a reprimenda, pero no te asustes, no es nada malo.
Te cuento qué me pasa cuando veo en mi bandeja de entrada un mensaje que me informa de que tengo un nuevo seguidor.
- Anda!, tengo un nuevo seguidor!, voy a ver quién es esta persona, ¿tendremos cosas en común?
- ¿Dónde está el «Sobre mi»?, aquí, vamos a ver.
- Voy a echar un ojo a lo que escribe.
La cuestión es que lo primero que hago es intentar recabar información acerca de ese nuevo seguidor. No porque me encante meterme en la vida de los demás, sino porque el objetivo de este blog, es charlar con la gente.
Se que hay personas que no comentan, que utilizan su blog como medio de desahogo, donde plasman todas sus inquietudes o sus reflexiones y no sienten la necesidad de intercambiar opiniones con otros blogs. En mi caso, no solo sigo un blog porque me gusten sus escritos, sino porque me gusta la persona que hay detrás de ese blog. Quien realmente me importa, eres tú.
Así que, si todavía no me hecho seguidor tuyo, puede ser porque no te conozca lo suficiente o porque no haya conseguido formarme una idea sobre ti.
Te animo a que comentes. Este blog es como un corrillo de amigos o conocidos, el típico corrillo que se forma en los descansos del trabajo, de clase, de una conferencia, en la salida del colegio, corrillos muy heterogéneos donde hay gente de todo tipo. En todos los corrillos siempre hay quien habla mucho, quien casi no participa pero le gusta estar ahí, está el gracioso, el listillo, el idealista, el comprometido, el rebelde, el clásico, en fin, no te estoy contando nada nuevo.
El caso es que me gustaría conocerte un poco más. Puede que surja la conexión entre nosotros y entonces te seguiré hasta el infinito y más allá.
¿Te he convencido?.
Se despide tu futura seguidora.
PD.: Para los que me seguís y ya os sigo, gracias por mostrarme un poquito de vosotros.
Deja un comentario