Ayer estuve viendo la serie Olmos y Robles. Creo que fue el último capítulo de la temporada.
Me encanta Pepe Viyuela, cómo es capaz de pasar del humor a lo sentimental. Es una línea muy fina la que separa la tragedia de la risa, imagino que porque en una situación difícil, la risa es lo que te descarga, lo que te libera. Pero no me gustan las comedias esperpénticas o escatológicas, lo que de verdad me gusta son las comedias sentimentales, donde lloras y ríes a partes iguales.
En esta misma línea tenemos a Paco Martinez Soria. Si, lo se, este hombre es de otra época, pero manejaba como nadie el drama y la comedia. Sus películas eran muy típicas, la familia, los hijos que no se hablaban, el pueblo. Da igual las veces que vea una de sus películas, siempre me hacen llorar.
Sin embargo, las películas de risa, que solo son de risa, como Aterriza como puedas, no me sacan ni unas sola sonrisa y es porque no me llegan al corazón. Creo que ese es el secreto de una buena comedia, saber aunar sentimientos y situaciones cómicas.
Recuerdo cuando vi la película Naúfrago en el cine, que hubo momentos en los que no podía parar reír. El resto del público de la sala no veía la historia como yo, se les veía bastante serios, pero es que había escenas penosas que rozaban lo cómico, por lo menos yo lo entendí así.
Un claro ejemplo en la vida real donde se mezclan las risas y los llantos es en un velatorio. Siempre hay algún familiar que destensa el ambiente contando alguna anécdota divertida. ¿Una falta de respeto?, yo no lo veo así, lo veo como una aportación positiva a un momento dramático.
Y nada más por hoy. ¿Qué cual es mi mensaje?, pues no se, podría ser, «ve al cine a ver comedia» o «hazte fan de cine de barrio» o «si quieres reír ve a un velatorio».
Vamos, que no tengo mensaje.
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