Se me ha roto mi bonita lámpara de Luna, la soldadura no estaba muy allá y se le ha caído el cabezón a un lado.
Llevo viéndola así con este aspecto tan triste muchos días, tantos, que ya casi me había acostumbrado. Pero hoy me he levantado con ganas de bricolaje, la voy a arreglar, de hoy no pasa.
Lo primero que hay que hacer es ir a por la caja de los adhesivos donde tengo pegamentos de todo tipo. Pegamento para pvc, pegamento de contacto ultraresistente de tamaño mini, silicona blanca, más silicona blanca, ¿otro bote de silicona?, ¿pero qué me pasa con la silicona?.
¿No os ha pasado alguna vez que se os queda información pegada en el cerebro?. Anotas mentalmente «comprar silicona blanca» y aunque la compres, la tarea sigue quedando pendiente de por vida. Me suele pasar también con los espárragos blancos, con las latas de atún y con el melocotón en almíbar. Por alguna razón, en cuanto me descuido, cuando estoy haciendo la compra, lo hecho al carro en el último momento. «Ay, mira, espárragos, creo que hacían falta». Por Dios, que alguien limpie los datos pegados de mi cabeza, ya no me caben más botes de espárragos.
Por dónde iba, ah si, también tengo el famoso adhesivo no más clavos, imprescindible en cualquier hogar, lo uso para todo, no solo para pegar madera que sería desperdiciar su potencial. Siempre procuro tener de sobra, como los espárragos. Qué más hay?, mucha cinta americana, cinta aislante. Parece que hay de todo menos de lo que necesito ahora mismo, que es pegamento para soldar en frío metales. ¡Vaya leche en vinagre!, pues la quería arreglar hoy. No me digas que tengo que ir a la ferretería. Ya se me ha fastidiado el momento bricolaje. Bueno, luego lo pienso, ahora voy a dejar la lámpara colocada y cuando tenga el pegamento, la remato.
¿Con qué la sujeto para que no se le caiga el cabezón?, ah si, con mis amigos los libros.
Adoro los libros, donde se ponga un buen papel que se quite el digital. Hay que tener libros de todos los tamaños, para poder ir adaptándolos según las necesidades.
Realizamos una última comprobación con el nivel para asegurar su verticalidad, no queremos que la lámpara nos quede ladeada o mirando hacia abajo.
Se ve perfectamente que la burbuja está en su sitio. Ya tenemos la lámpara preparada para el adhesivo, adhesivo que no tengo.
Voy a mirar otra vez en la caja, tiene que haber algo que me sirva. Le voy a untar un poco de esto a ver si funciona. Puf, fatal, parece que se va resbalando hacia abajo, ahora voy a tener que limpiarlo todo. Muy bien Sensi, te encanta trabajar de más, no sabes esperar, doña prisas.
Vale, lo dejo, mañana iré a por el pegamento. Ahora os tendréis que creer que consigo dejarla como nueva y listo.
¡Qué bien me va a quedar!.
Y si le unto esto otro….
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