Hoy vengo a hablaros de los limones, esas bolas amarillas que compras en el super y que vienen en redecillas también amarillas, esos que guardas en el frigorífico indefinidamente hasta que necesitas uno y descubres que ya no están amarillitos sino marrones.
Es curioso lo que les pasa a los limones, la lechuga se pudre, se pone marrón y suelta un líquido que te mancha todo el cajón de las verduras, las manzanas se van arrugando y se quedan como una pasa, blanduchinas, y el limón, se va poniendo marrón y coge la consistencia de un pedrusco capaz de matar a cualquiera. Llega a tener casi la misma densidad que una pelota de golf. No se si alguna vez os han dado en la cabeza con una, pero si lo habéis probado, sabreís que duele mucho, se te ponen los pelos de punta y te entra un sudor frío que te recorre todo el cuerpo.
Pues nuestro amigo el limón es pariente cercano de la pelota de golf, con la salvedad del color.
Si tenemos en cuenta lo mucho que me gusta la cocina, o sea nada, por más limones que compro nunca soy capaz de usarlos en su mejor momento. Cuando decido usar uno para aderezar un filete o un pescado ya no hay limones que valgan. No lo puedo soportar, siempre termino diciendo: «vaya mierda de limones, no duran ni tres meses en el frigorífico, ya no compro más». No es cierto, tiras todos los limones marrones y vuelves a llenar el frigorífico de limones preciosos, jugosos y en plena forma.
La solución, congelarlos. No los vamos a congelar enteros, porque con un limón entero y congelado no hay quien se meta, te hace frente, mejor los troceamos primero en gajos antes de meterlos en el congelador.
Para que luego digan que no me meto en la cocina, si hasta troceo limones, estoy hecha una artista, voy a presentarme al próximo Master Chef. Mi plato estrella, limones troceados, éxito seguro.
Qué monos me han quedado, estoy encantada con mis limones congelados. Si necesito adecenar algo, saco un par de gajos, los meto en el microondas y ya tengo el juguito para usarlo. También es ideal para echarlo en la tónica. Si, bebo tónica sola, sin el Gin.
No os quejareis de los maravillosos trucos de cocina que os traigo. Más de uno va a abrir ahora mismo el frigorífico y le va a dar una patada al limón tostado que lleva atesorando durante meses. Tíralo ya, hombre, acaso crees que va a resucitar?.
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