Me había puesto en mi lista de objetivos, ser famosa, como Mario Vaquerizo (según él, de pequeño soñaba con ser famoso).
Pero finalmente lo voy a tener que descartar porque a mi cuerpo le pasan una serie de cosas que son incompatibles con el mundo del famoseo y las celebrities.
En primer lugar, cuando hago deporte sudo bastante y termino con la cara roja como un tomate. Eso no es de famoso. Un famoso no suda, sale del gimnasio sin despeinar, seco, con cara saludable y estupendo de la muerte. Así que la primera en la frente. Por no hablar de que para que mi cara vuelva a su estado original necesito un par de horas. Fijaos en la diferencia de color entre la cara y el cuerpo. Asusta verdad?.
Me podría encontrar con una primera situación difícil de salvar. Salgo del gimnasio y después tengo una entrevista, o una sesión de fotos. Oye, que soy famosa, está dentro de lo posible. Qué pasaría?, pues que no podría ir. Tendría que planificarme con mucho margen de maniobra.
O estoy saliendo del gimnasio y me pilla un paparazzi. Pues muy mal, saldría en al lista de los aaarg del Cuore.
Y si vengo de nadar es mucho peor. La marca de la dichosas gafas que te hacen ventosa es imposible de evitar, junto con la raya en toda la frente producida por el gorro. A eso le añadimos la cara roja y tenemos un cuadro precioso. Y pensareis, pues no hagas deporte. Noooo, eso no puede ser, una famosa hace deporte y está siempre en forma.
Como se me marca todo en la piel, cuando voy a la piscina o a la playa en verano, tengo que tener la precaución de quitarme el sujetador una hora antes de ponerme el bikini. Si no lo hago, iré con mi biquini muy mono y con las marcas del tirante del sujetador. Y no es porque me apriete porque los he probado de todo tipo, es porque eso es así y ya está.
Así que imaginemos que voy a salir en el desfile de Victoria Secret, si hombre, el de los ángeles. Ah, que no puedo yo imaginar ahora lo que quiera?. Se supone que está dentro de lo posible, porque soy famosa. Pues bien, he llegado tarde y después de haber estado dos semanas sin comer para que se me marquen las abdominales y no tenga ni un gramo de grasa en la barriga, zasca!, llego con las marcas del sujetador. Vaya horror. Otra vez a salir en los arrgg de la Cuore.
Claro que no solo me pasa con el sujetador, también con los calcetines. En esta ocasión imaginemos que vivo en Nueva York y tengo una sesión de fotos de ropa de verano. Como sabemos las fotos de la ropa de verano se hacen en invierno.
Entonces, llego yo con mis calcetines gordos y mis botas UGG, lista para una sesión de fotos de ropa de verano. La señal de un calcetín tarda más de dos horas en quitarse. Estamos en graves problemas. El fotógrafo va a flipar cuando vea la trama de la goma del calcetín incrustada en mi piel. Va a necesitar mucho photoshop.
En fin, que le he estado dando vueltas y no lo veo nada claro. Dejaremos el famoseo para otros y yo seguiré luciendo mi cara roja.
Deja un comentario